«Yo hago nuevas todas las cosas«. – dice Jesús.
Qué Gran Misterio el de la Redención!!!!
Qué maravilla de Liturgia, la que nos hace vivir este Gran Misterio!!!
Después de habernos quedado el Viernes Santo en la terrible oscuridad y tristeza de haber matado a Cristo. En esa noche del tercer día, como un rayo luminoso, se enciende el Fuego, y con él, el Cirio Pascual, símbolo de Cristo. No hay más luz en todo el templo que ésta. Este fuego purificador va encendiendo nuestras velas y nuestras almas, hasta que por fín se rompe la noche, todo se ilumina. Cristo ha resucitado!!!
La historia de la Redención: A través de todas las lecturas en la Liturgia de la Palabra, vamos viendo la historia de Amor entre Dios y los hombres. Dios nos creó para Él, para su misma felicidad, creó todas las cosas y «vió que todas eran buenas».
El hombre se rebela y peca, nos separamos de Dios y le perdemos para siempre. Pero El sin embargo, nos promete un Salvador. Va guiando y cuidando a su Pueblo hacia El. Constantemente nos llama con Amor Infinito y nos prepara para recibir al Salvador.
El Bautismo regenera. El agua da vida, y con ella renovamos nuestro Bautismo y quedamos limpios para resurgir a una Vida Nueva.
Y….. ya se acerca….. Cristo murió el Viernes Santo y nos había dejado solos en la tierra. Por el gran milagro de la Eucaristía, vuelve a nosotros para no marcharse jamás. Ya sólo queda nuestro encuentro con El en la comunión. Cristo nos hace resucitar con El a una vida nueva. Cómo no felicitar y agradecer a María, que es Corredentora con Cristo y dejar nuestras desconfianzas y nuestros miedos en el sepulcro de muerte y junto a Ella, unirnos a la Vida que es Cristo, el que con tanto Amor y sufrimiento nos ganó la Redención.
Felicidades Jesús!!! Gracias Señor!!! Realmente: Tú haces nuevas todas las cosas!!

 

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