LA CONFIRMACIÓN

El sacramento de la confirmación, que imprime carácter y por el que los bautizados, avanzando por el camino de la iniciación cristiana, quedan enriquecidos con el don del Espíritu Santo y vinculados más perfectamente a la Iglesia, los fortalece y obliga con mayor fuerza a que, de palabra y obra, sean testigos de Cristo y propaguen y defiendan la fe. (CIC 879) Los jóvenes deben inscribirse en el despacho parroquial durante los meses de junio a octubre, antes del principio de curso, para incorporarse a la catequesis de preparación al sacramento. • ver Catequesis de Confirmación «Los fieles están obligados a recibir este sacramento en el tiempo oportuno; los padres y los pastores de almas, sobre todo los párrocos, procuren que los fieles sean bien preparados para recibirlo y que lo reciban en el tiempo oportuno.» (CIC 890) 

 
«LA CONFIRMACIÓN» 
En los escritos de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia:

Yo tengo fe… Y creo asimismo que, para que nada les faltara a los Apóstoles en la misión salvadora que, sobre la humanidad caída, el divino Maestro les encomendó, Cristo, en Pentecostés, hizo recaer sobre ellos en compañía de María, Madre sacerdotal, los dones, frutos y carismas del mismo Espíritu Santo; que se nos da por medio de la Confirmación para el fortalecimiento y robustecimiento de nuestra vida de fe, esperanza y caridad.  «Una vez que comían juntos les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que Yo os he hablado. Juan bautizó con agua; dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo»».  «Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo».

Ver escrito completo:

«Yo tengo fe « Opúsculo nº 17 Colección: «Luz en la noche – El misterio de la fe dado en sabiduría amorosa»