Este viernes nos hemos reunido las familias de la parroquia para rezar el Santo Rosario a la Virgen, con representación de los misterios gozosos por los niños y procesión de antorchas.

El primer misterio gozoso se ofreció por todos los niños de la parroquia, especialmente por los que están preparándose en las catequesis de primera comunión para recibir a Jesús en la Eucaristía, para que nunca se separen de Él, y para que ellos y sus familias siempre acudan a María en cualquier dificultad que tengan y así la Virgen Inmaculada pueda ejercer sobre ellos su amparo maternal.

El segundo misterio por todos los feligreses de nuestra parroquia del Santísimo Corpus Christi, para que formemos una auténtica familia parroquial, y así se acreciente en nosotros la vida espiritual y el compromiso de todos cuantos trabajamos y colaboramos en ella.

El tercer misterio por el Santo Padre y los Obispos de todo el mundo, especialmente por nuestro Arzobispo Carlos, para que el Señor les dé fuerza en su apostolado y les ilumine en su misión evangelizadora.

Pedimos también por todas las personas que están consagradas a Dios, para que sientan fortalecida su llamada, y haya muchos jóvenes que sigan al Señor por este camino.

El cuarto misterio gozoso lo ofrecimos por los enfermos de la Parroquia y por todos los que están pasando alguna dificultad, para que la Virgen, Nuestra Señora de las Divinas Misericordias, les conforte, les ayude y les fortalezca en estos momentos de dolor para ellos.

Y el último misterio lo ofrecimos por todas las familias, para que la Virgen bendiga a nuestros niños, fortalezca la fe de los jóvenes, avive en ellos el fuego de su amor y guíe sus pasos por los senderos difíciles de la vida; ayudándoles a descubrir su vocación, siendo un reflejo del hogar de Nazaret, donde reine el amor, el respeto, la fidelidad y la gracia.

Al finalizar los misterios, La Virgen de Nuestra Señora de las Divinas Misericordias fue sacada en procesión y acompañada por los feligreses con las antorchas y velas encendidas, mientras se entonaron canciones y se rezaron las letanías.

Madre nuestra que sepamos imitarte siempre en silencio y con la mirada puesta en tu hijo Jesús! Amén

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