Una parroquia…
A través de sus múltiples actividades la parroquia ofrece a todos la profunda experiencia del misterio de la Iglesia, dando a conocer a Dios y sus planes de amor sobre nosotros, para formar la gran familia de los hijos de Dios; siendo UNO con el Papa y los Obispos, en comunión de bienes espirituales y materiales.
Encomendada a La Obra de la Iglesia
La Parroquia del Santísimo Corpus Christi está encomendada a La Obra de la Iglesia, desde el 30 de marzo de 2014. De esta forma, la labor pastoral se lleva a cabo conjuntamente entre las tres ramas: sacerdotal, laical masculina y femenina, los cuales reciben la inestimable colaboración de un nutrido grupo de personas de todo estado y condición que procuran vivir y manifestar, mediante su vida y su palabra, el verdadero rostro de la Iglesia.
Viva
El impulso apostólico que recibe la Parroquia de este grupo comprometido de personas con amplia formación, vida espiritual y experiencia apostólica es sin duda notable, pudiendo así ofrecer un seguimiento personalizado de fieles de todas las edades y condiciones: niños, jóvenes, adultos, matrimonios y ancianos. Las catequesis, la liturgia y la caridad son, de este modo, impulsadas por personas enamoradas de la Iglesia y siempre disponibles a “hacer Iglesia” en cualquiera de los ámbitos parroquiales.
Abierta a todos
Los miembros de La Obra de la Iglesia que trabajan apostólicamente en la Parroquia bajo la dirección del párroco, colaboran estrechamente con los feligreses para que la Parroquia sea de todos y para todos: todos tienen su lugar para dar lo mejor de sí mismos en esta parcela de la Iglesia. ¿Quieres ayudarnos tú también? Hay mucho por hacer en la catequesis, la liturgia, Cáritas, organización de actividades, mantenimiento del templo…
¡Anímate y ayuda a la Iglesia en la Parroquia!
Nuestra Señora de las Divinas Misericordias
Co-Patrona de nuestra parroquia
«Todo lo que Cristo quiso darnos a través de su muerte en cruz, lo depositó en María para que se lo diera al hombre. Y al hombre, representado en San Juan, le pidió que, cuando necesitara del fruto de la Redención y de su misericordia divina, fuera a pedírselo a su Madre. Por consiguiente, toda la redención de Cristo y el amor de Dios se nos dan, por el mismo Cristo y a través de María en el seno de la Santa Madre Iglesia, para siempre desde el momento de la crucifixión, a todos los hombres que quieran aprovecharse del fruto de la redención de Cristo.
Por lo tanto, vayamos a María, Madre de Cristo que es la Divina Misericordia encarnada, a pedir todo cuanto Jesús le dio para el hombre rescatado por su Sangre, derramada en el ara de la cruz, cuando nos veamos ahogados en las vicisitudes de esta vida.
Todo se nos da por María a través de su Maternidad divina. Este es el medio que Dios ha escogido en la tierra para recoger el derramamiento de sus dones divinos y eternos y donarlos a todos los hombres. Vayamos pues a la Madre del Verbo Encarnado, el cual es la misericordia infinita hecho hombre por amor, para pedir cuanto necesitemos de Dios que Él nos lo dará por medio de la Maternidad Divina de la Señora».
Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia