«La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados».
«La íntima comunidad de vida y amor conyugal,
fundada por el Creador y provista de leyes propias,
se establece sobre la alianza del matrimonio… un vínculo sagrado…
no depende del arbitrio humano.
El mismo Dios es el autor del matrimonio». (GS 48,1)