Un encuentro con Dios en tu camino
Del 22 al 27 de abril de 2024
¿Te has parado a pensar alguna vez que clamas por Dios, aun sin saberlo, cuando buscas ansioso llenar tus exigencias de vivir y apagar tu sed de felicidad?
La Obra de la Iglesia organiza estas charlas que te adentrarán en las realidades sublimes y maravillosas de nuestra fe.
- De lunes a viernes: de 20:30 a 21:30h. En el templo.
- El sábado: de 18:30 a 19:30h. En el salón parroquial.
Son para todos, jóvenes y adultos que quieran vivir en profundidad su ser de Iglesia.
Durante las charlas se cuidará a los niños.
Si quieres encontrarte de veras con el Amor, amor desinteresado, amor de entrega total, amor inexplicable…,
¡Amor infinito y todo para ti!,
Ahóndate en la realidad más asombrosa que pudo contener el tiempo, y que adoran atónitos los Ángeles en la Eternidad: Dios hecho Hombre, que nace y llora, vive y trabaja como Camino en tu peregrinar; que te revela la Verdad, y muere en una cruz para darte la Vida.
¿Te asfixia tanto egoísmo, tanta mentira, tanta pasión…? ¿Tú mismo te experimentas esclavo de tu propia debilidad…?
La Virgen toda blanca de la Encarnación, inundada de luz y de gracia por ser Madre de Dios, te ofrece su mano maternal para elevarte a la Altura, y en Dios saturar tu alma con la posesión de todo lo sublime, todo lo bello, todo lo recto, todo lo limpio y lo luminoso que el corazón humano ansía, y por sí solo nunca podría conseguir.
Si buscas seguridad en la verdad, luz verdadera en medio de la confusión… en la Iglesia lo encontrarás.
Por ser Iglesia, estás inmerso en un mundo de realidades tan sublimes como sencillas, y tan maravillosas como desconocidas a fuerza de no vivirlas.
En ellas te adentrarán, haciéndote tomar conciencia viva de lo que eres, las «Charlas sobre el Misterio de la Iglesia» dadas por sacerdotes y seglares de La Obra de la Iglesia basadas en la riqueza doctrinal, en ráfagas de la sabiduría encendida en amor a la Iglesia, de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia Fundadora de La Obra de la Iglesia.
Si asistes, no te arrepentirás nunca de un encuentro insospechado con Dios, que tu puedes prolongar vivo en el seno de la Iglesia.